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Policy Positions

Catholics for Choice – Declaración sobre la notificación de padres y/o madres

May 21, 2021

En Catholics for Choice imaginamos un mundo en el que cada persona sea capaz de acceder a servicios de salud reproductiva confidenciales y de alta calidad cuando los necesiten, sin importar sus ingresos, estatus migratorio, geografía, raza o edad. Trabajamos por un mundo donde el aborto sea legal, seguro, accesible y libre de estigma o vergüenza; y donde aquellas personas que proveen estos servicios tan importantes sean respetadas por su compasión y experienia. Catholics for Choice se opone a políticas públicas –incluído el requerimiento del involucramiento de padres y madres de la persona emarazada– que interfieran con la habilidad de cualquier persona de acceder a servicios de salud reproductivos, incluido el aborto. Políticas públicas que, en el mejor de los casos, ignoran valores importantes de nuestra fe y, en el peor, los socavan activamente. Como personas católicas, respetamos la conciencia individual. Es una responsabilidad impresionante seguir la conciencia individual, la cual vemos como un regalo de Dios. Para las personas católicas, la conciencia puede estar ligada a la voz silenciosa y calma que nos ayuda a discernir entre lo que está bien y lo que está mal, particularmente en cuestiones importantes de caracter moral.

Las personas jóvenes son capaces de seguir su conciencia individual tan bien como cualquier persona adulta, y no le corresponde a nadie desterminar decisiones profundamente personales de alguien más, sin importar la edad. Mientras mantenemos la esperanza y trabajamos hacia una sociedad en la que la dignidad de toda persona, incluyendo a las personas jóvenes, sea respetada y honorada; y nos esforzamos por un mundo en el que las personas se sientan apoyadas en la toma de decisiones morales con gracia, compasión, cuidado y apoyo de parte de sus familias y comunidades. Porque vivimos en un mundo donde ese no es siempre el caso. Para las personas jóvenes que se enfrentan a decisiones importantes sobre su salud reproductiva, las barreras innecesarias que obstruyen el acceso a la atención requerida, como son la solicitud de involucramiento de sus padres y/o madres, son punitivas y dañinas. Es crítico que las personas jóvenes puedan acceder a la atención que necesitan por parte de un proveedor de confiaza y de alta calidad, independientemente de si deciden involucrar a sus padres y/o madres. Esto se alinea con nuestro llamado católico de preocuparnos por las personas más vulnerables y marginalizadas. En realidad, la mayoría de las personas jóvenes deciden sí involucrar a sus padres y/o madres en tales desiciones tan importantes; pero para quienes deciden no informales, o no pueden hacerlo, es particularmente crítico que el sistema elimine los obstáculos para que puedan tener acceso a este servicio. Estamos concientes de que para algunas personas jóvenes el aborto es la diferencia entre seguridad y un abuso agravado debido a que, en ocasiones, el padre o madre a quien deben involucrar puede ser alguien responsable de dicho embarazo. En algunos lugares donde las leyes de involucramiento de los padres y/o madres se encuentran activas, quienes legislan han establecido un sistema de derivación judicial que aparentemente permite a las personas jóvenes buscar la atención que necesitan sin la aprobación o notificación de sus padres y/o madres mediante la participación del sistema legal. Estos sistemas son mucho mejor que la noción absolutista de que los padres y/o madres tienen que consentir o recibir notificación en casos de personas jóvenes accediendo a servicios de salud reproductiva; sin embargo, aún son pesados y complejos, y aún están lejos de los valores de compasión, dignidad y justicia que las personas católicas nos esforzamos para vivir en nuestra cotidianidad.

Considérese por un momento la angustia de una persona adolescente migrante en necesidad de usar el sistema de derivación judicial. Imagínese su miedo exacervado de tener que navegar en soledad un sistema legal complejo que quizá concluya tanto en su padre y/o madre enterándose de su embarazo, como en un problema legal debido a su estatus migratorio. Esto no es un sistema justo. Las leyes de involucramiento de padres y/o madres y las soluciones temporales de derivación judicial son macanismos anti elección que apuntan a limitar el acceso al aborto, comenzado por quienes de antemano el acceso ya es problemático.

Las dificultades que crean recaen desproporcionadamente en las familias negras y racializadas cuyas estructuras familiares pueden ser distintas al sistema dominante. Estas políticas son otra ramificación del racismo sistemático y no reconocen ni valoran la diversidad de las familias de nuestra nación. Además, en su esencia, estas leyes socavan la noción de agencia individual y autonomía. Como personas católicas que trabajan por un mundo equitativo donde cada persona es libre de ejercer su agencia, rechazamos las políticas dañinas como las leyes de participación de los padres y/o madres que no se conectan con las realidades vividas por las personas, que socavan los valores católicos clave y que, en última instancia, son dañinas para las comunidades en las que vivimos y cuidamos.